Era muy divertido, todos estábamos gozando, todo fue una gran experiencia para mí, como nos echábamos agua y jugábamos. Fue mi mejor carnaval. Todos los años con mi familia salimos y nos divertimos jugando carnaval, siempre alistamos cubetas, baldes y hasta tinas para jugar, esto yo no sabía que, en futuro me iba a afectar por la falta de agua, yo llenaba baldes completos para jugar, sin tener un poco de prudencia de que en algún momento el agua se podría acabar.
Unos dos meses después mi papá escuchaba las noticias, el agua se acaba fue el dilema ese día, yo no lo sabía así que me fui a duchar y me quedé jugando en la ducha unos veinte y cinco minutos, sin ponerme ni el jabón, ni el shampo, para mí no era importancia alguna el estar desperdiciando agua sin consentimiento, unos cinco minutos después me bañe, pero solo después de haber jugado un buen rato, nunca mis papas me habían dicho acerca de toda el agua que yo desperdiciaba diariamente. Un día pasando por la Av. 12 de Abril junto al puente roto, vi algo que me afectó mucho, vi como el río Tomebamba era solo piedras, mas allá unos rezagos de agua pasaban, me causó un gran impacto, me di cuenta de toda el agua que había gastado, de vuelta en casa no había luz, entonces allí fue cuando me contaron mis papas que por la falta de agua no había luz, aproveché y les conté acerca de lo que había visto esa tarde en el río, mis padres siguieron, me contaron que en la central hidroeléctrica Paute había una gran escases de agua y eso causa los apagones, me di cuenta, nunca más volveré a gastar demasiada agua ni luz, yo soy una de las tantas causas de los apagones, me puse a llorar y entendí el daño que había causado, solo pude escuchar y ver lo que me decían de escasez de agua no pude hacer nada más…

©Juan Fernando Sarmiento
8 de noviembre del 2009